La familia de Mozart: Leopold
ESCUCHA EL ARIA DE ASPASIA "AL DESTIN, CHE LA MINACCIA" DEL ACTO I DE "MITRIDATE, RE DI PONTO" K.87/74a

Portada

Índice principal

La familia de Mozart: Índice


  LEOPOLD MOZART.
RETRATO ANÓNIMO (ca. 1765) ATRIBUIDO A PIETRO ANTONIO LORENZONI.
SALZBURGO, FUNDACIÓN INTERNACIONAL MOZARTEUM.

Johann Georg Leopold Mozart
(Augsburg, 1719 - Salzburg, 1787)

La imagen del “docto padre del hijo genial” estuvo hasta ahora determinada casi exclusivamente por su función paterna. No obstante, hasta aproximadamente 1759, cuando empezó a hacerse notar el talento de su hijo, tenía una “vida propia”, con reconocimiento y valoración de su persona. No se le dieron facilidades al primer músico de la ramificada familia Mozart, nacido en Augsburg el 14 de noviembre de 1719 como hijo del maestro encuadernador Johann Georg Mozart y de Anna Maria, de soltera Sulzer. De 1727 a 1736 estudió en el instituto de orientación clásica de San Salvador, regentado por los jesuitas. A pesar de las excelentes notas finales no pudo hacer uso de la posibilidad de ingresar en el liceo. La muerte de su padre (1736) y la situación económica de la madre, que tuvo que cuidar ocho hijos, pueden haber sido la causa. Pero continúa abierta la pregunta acerca de lo que hizo durante todo un año en Augsburg hasta que quedó inscrito el 26 de noviembre de 1737 en la Universidad de Salzburg. Son enormemente divergentes las hipótesis sobre los motivos que le empujaron a Salzburg (y no a Dillingen o Ingolstadt, por ejemplo). Puede que sea la más verosímil aquélla según la cual acompañó al hijo de la familia patricia Langenmantel, sirviéndole como asistente.
Ya en 1739 fue bachiller en Lógica. El mismo año fue expulsado de la Universidad, parece ser que por insuficiente asistencia a clase. Se ganó la vida haciendo de ayuda de cámara y músico al servicio del conde Thurn-Valsassina. En 1743 se convirtió, gracias a la intercesión de su paisano (y profesor?) J.E. Eberlin, en el cuarto violín de la Capilla de la Corte, en 1744 profesor de música de los muchachos de la Capilla y segundo violín, en 1757 compositor de la Corte y en 1763 vice-maestro de Capilla, con lo que llegó al final de su trayectoria profesional.
Su otra “carrera” iba unida a la educación de sus hijos: “Nannerl”, nacida en 1751, y Wolfgang (1756), ambos fruto de su matrimonio con Anna Maria, de soltera Pertl. A partir de ese momento todos los asuntos y acciones de Leopold Mozart han de medirse con un patrón diferente. Pero sólo se pueden comprender si tenemos en cuenta las condicione de vida que motivaron al alegre, jovial e incluso entrañable Leopold Mozart, a quien solamente se ve en su papel de padre, a defender su propia piel. Las experiencias adquiridas, que le habían vuelto desconfiado, fueron sin duda la causa de su comportamiento pedagógico con respecto a su hijo, al que deseaba proteger contra el infortunio. Que este se fuera sustrayendo al padre a partir de 1777 y, aún guardándole todo el respeto le negara la obediencia, se debió a incomprensiones mutuas. A pesar de las muchas monografías, a pesar del “Schwäbisches Mozartbuch” (Libro suabio de Mozart) de E.F. Schmid (Lorch, 1948) y de la “Leopold Mozart: Dokumentation” de Ludwig Wegele (Augsburg, 1969), aún falta mucho por decir. Sigue faltando todavía un relato de la vida y obra de Leopold Mozart que muestre un poco de luz en una vida rodeada de misterios hasta su muerte en soledad (el 28 de mayo de 1787).
El documento válido hasta nuestros días sobre las aptitudes pedagógicas de Leopold Mozart es el “Versuch einer gründlichen Violinschule” (Ensayo de un método avanzado de violín), (Augsburg, 1756, con ediciones y traducciones en holandés -1766-, francés -1770- y ruso -1804-). Pero no nos deberíamos dejar guiar sólo per eso, sino considerar su labor artística aisladamente (sin establecer comparaciones con la obra de su hijo): desde las “Sonate sei per chiesa e da camera a tre” (1740) hasta las sinfonías, conciertos, piezas descriptivas y, sobre todo, de música religiosa (entre otras: ”Litaniae de venerabili sacramento”). Este hombre de cultura universal, que se ocupaba de Gottsched y Gellert y leía las obras de Wieland, fue el mejor, por más versado, interlocutor de su hijo (cartas relativas al ”Idomeneo”) hasta que fueron distanciándose progresivamente.




Página creada por P.F.B.